sábado, 6 de septiembre de 2008

Rabelais, Gargantúa y Pantagruel

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Hermosos los tiempos de Rabelais: la novela alza el vuelo llevándose en su cuerpo, cual mariposa, los jirones de la crisálida.
Milan Kundera



Francois Rabelais: un genio con sentido del humor

Humanista, médico, franciscano y benedictino, deja la reclusión monástica para ejercer la medicina en Montpellier y Lyon. Mejor conocido como “El cura de Medon”, tuvo a su cargo las iglesias de Saint Martin de Medon y Sanit Christophe du Jambet. Publicó varios trabajos sobre medicina y traducciones, además de su obra maestra Gargantúa y Pantagruel.

Poco se conoce de su persona y de su carácter, los retratos que existen fueron todos hechos después de su muerte y lo muestran con un gorro propio de los médicos de su época. Sin embargo el humor, presente en su obra, formaba parte de su vida. Se cuenta que un día se encontraba sin dinero en Lyon y teniendo que ir a Paris, deja en evidencia varios sacos de azucar con un letrero: “Veneno para el rey”, por lo que es arrestado y llevado a Paris de forma gratuita. Su hazaña hace reír tanto al rey Francois I , que paga la fianza sin discutir. “Le quart d’heure de Rabelais” es un dicho francés que viene de este episodio y que hace alusión al momento delicado en que uno tiene que pagar una deuda cuando no se tiene el dinero.

Rabelais nació en Chinon entre 1484 y 1495 y fue el quinto hijo, existen documentos que prueban que su padre era abogado, aunque algunas fuentes han publicado que venía de una familia de viñadores y cabareteros, y otras que era artesano y soñaba con hacerlo monje. Lo que es cierto es que estudia con los benedictinos en el convento de Beaumette, donde conoce a Geoffroy d’ Estissac, letrado y humanista que sería más tarde, uno de sus protectores.

Atraído por el conocimiento, la cultura y la filosofía, Francoise ingresa a la orden de los franciscanos donde conoce a los Du Bellay (que años más tarde se convertirían Jean en Cardenal y Guillaume en Gobernador de Piamonte, siendo piezas claves en su vida). En aquellos tiempos la iglesia era la puerta de entrada al estudio y los libros. Los grandes pensadores, como Erasmo y Lutero, eran monjes. Sin embargo había restricciones y cuando le prohíben a Rabelais leer en griego, este escapa y se refugia en un convento benedictino, donde el abad era precisamente un Rochefaucauld (1) , su protector Geoffroy d’Estissac, que lo toma como su secretario.
Después desaparece cinco años, y aparece nuevamente en Montpellier, como estudiante de medicina. Ahí los médicos eran judíos y esto le permite aprender también hebreo. Sin embargo los protestantes empiezan a ser perseguidos y Rabelais, (que había violado las normas eclesiásticas abandonando su orden religiosa) tiene que regresar nuevamente a su refugio con los benedictinos.
En uno de los viajes en que acompaña a su amigo Jean du Bellay a Roma, éste intercede por él y el Papa lo absuelve de haber dejado la orden de los franciscanos y luego de los benedictinos y lo hace padre secular con derecho a ejercer la medicina. También lo perdona de faltar a sus votos de castidad y reconoce como legítimo a Théodule, su hijo que lo acompaña y muere a los tres años. Existen algunos historiadores que dicen que tenía dos hijos más, pero Michel Ragon (2) asegura que no hay pruebas ni documentos que lo avalen.

Rabelais fue partidario del Evangelismo. Este movimiento buscaba depurar la religión católica, y se oponía a las ambiciones temporales de los papas. Proclamaba la necesidad de tomar Las Escrituras como el único fundamento del cristianismo y abandonar las instituciones creadas por los hombres. Su lucha sin tregua en contra de la intolerancia y su filosofía igualitaria y libertadora se confundía con aquella de los protestantes, aunque él buscaba la desalinización por todos los medios. Eternamente perseguido y condenado por teólogos y políticos, siempre logró salir bien librado gracias a su influencia y amistad con los Du Bellauy.
Calvino, su mejor amigo y su discípulo, embriagado por su propia lucha protestante, cae en lo mismo que persigue y Rabelais se muestra en desacuerdo con sus acciones extremistas. Calvino entonces lo ataca con violencia y lo trata de ateo. Otro contemporáneo de Rabelais que partiendo también del mismo método (unir el evangelismo y el humanismo) terminó en un resultado completamente diferente fue Ignacio de Loyola (3), digno representante de la alienación en contra de la cual luchaba Rabelais, defendiendo un ideal de moral más conforme a las exigencias de la naturaleza y la vida apoyada por la fe religiosa.

Sabio, humanista, políglota, mejor conocido en sus días, por su conocimiento en medicina, que como escritor, Rabelais vive la transición entre dos épocas; siendo aún un hombre de la Edad Media, amante de los líos y la farsa, también es contemporáneo del Renacimiento y busca un regreso a la naturaleza,


El Escritor

Contemporáneo del descubrimiento de América y la invención de la imprenta, Rabelais se convierte en el símbolo del humanismo y la viva encarnación de la alegría del renacimiento.
En 1532 en Lyon, Rabelais publica Pantagruel, bajo el pseudónimo de Alcofribas Nasier (anagrama de su nombre). En 1535 sale Gargantúa que siendo el padre de Pantagruel, se convertiría años más tarde, en el inicio de su obra completa.
Michel Butor (4) califica a la obra de Rabelais como la más difícil de la literatura francesa junto con la de Mallarmé. Y aunque su obra fue olvidada durante dos siglos, los escritores románticos (Victor Hugo, Balzac y después Flaubert) la resucitan con su pasión enciclopédica y su irrisión.
Su genio traspasó la frontera de su tiempo y su influencia se puede ver en grandes escritores como La Fontaine, Moliére, Voltaire, Swift, Balzac, Víctor Hugo y Gautier.



Gargantúa y Pantagruel

Gargantúa fue un héroe gigantesco de la literatura folklórica medieval, Rabelais lo retoma y en 1532 aparece su colección de cuentos populares a la vez épicos y cómicos (que publica en Lyon de forma anónima). Inspirada en los libros de caballería de la Edad Media, la pluma de Rabelais con gran éxito da vida propia a su héroe haciéndolo en 1533 padre de Pantagruel, el personaje principal de sus siguientes cuatro libros.

El gigantismo de Rabelais aunque logra impregnarnos de esos festines burlescos de su época, simboliza el ideal del renacimiento: el inmenso apetito intelectual que se funde con la tradición popular y la sabiduría. La glotonería de estos gigantes, abre la puerta a numerosos episodios cómicos expresados con un estilo grotesco para representar la cultura popular y carnavalesca: Gargantúa gusta de beber y comer en exceso y su genio es detectado a muy temprana edad.

En su aviso al lector, Rabelais dice que su principal deseo es hacer reír (aprenderéis aquí, salvo a reír). Sin embargo, al inicio del prólogo sugiere la existencia de una intención seria y un sentido profundo que se esconden en ese aspecto grotesco y fantasioso (…no os precipitéis a suponer que en ellos no se trata otra cosa que burlas, locuras y joviales embustes, visto que la seña externo (o sea el título), sin más inquirir, sugiere, comúnmente, irrisión y mofa). Después en la segunda mitad del mismo, recrimina a los críticos por buscan significados ocultos en las obras. Lo que sin duda amaba Rabelais, era desconcertar al lector.

Gargantúa y Pantagruel, como bien lo dice Milán Kundera es una obra de inaudita riqueza; todo está ahí: lo verosímil y lo inverosímil, la alegoría, la sátira, los gigantes y los hombres normales, las anécdotas, las meditaciones, los viajes reales y fantásticos, los debates eruditos, las digresiones de puro virtuosismo verbal. Incluso encontramos que existe una lectura política de la misma, donde Carlos Quinto se ve retratado en el personaje de Picrochole (un déspota de Lerne, que declara la guerra al reino de Grandgousier, padre de Gargantúa) y Francois I es encarnado por Pantagruel (el rey bueno). Dentro de la novela, los panaderos de Picrochole, pelean contra los pastores de Grandgousier como pretexto para empezar una guerra. Gargantúa quien se encontraba estudiando en Paris, regresa a apoyar a su padre Grandgousier en esta guerra y finalmente vence a Picrochole. Se dice que Francois I leía a Rabelais, y se delitaba viendo ridiculizado a Picrochole.

Gargantúa y Pantagruel están llenos de alusiones a aspectos personales de la vida de su autor, observaciones de sus visitas a Italia, plagada de estudios humanísticos y escenas de la Francia contemporánea. Se deleitaba satirizando las instituciones y prácticas de la Francia del siglo XVI. Rabelais desplegó una sed de erudición característica renacentista y al mismo tiempo una exaltación al desarrollo de todas las facultades humanas en su creencia de que la naturaleza humana es fundamentalmente buena.

Así como Thomas More en su Utopía, él crea la Abadía de Théleme, un mundo ideal para denunciar la mediocridad del mundo real. En esta fantasía se ve su influencia franciscana, en el amor a la naturaleza. Théleme es un mundo amable, sin imposiciones ni muros y su única regla es fais ce que voudras,( haz lo que quieras). Ideas que tomó de Augustin d’Hippone (5)
Su personaje Jean des Entommeures, a quien destina esta abadía, encarna un modelo de moderación y tranquilidad. Porque si bien la obra de Rabelais nos muestra aspectos desmesurados, nos lleva de la mano hacia la conquista de la mesura, incapaz de renunciar a los excesos positivos que satisfacen la voz del narrador: “vivan felices”.


El lenguaje de Rabelais

A través del lenguaje, Rabelais expresa su libertad y anarquía. Siendo franciscano, caminó los pueblos y sus mercados, donde se impregnó de ese lenguaje popular colmado de sabiduría, al mismo tiempo que estudiaba latín, griego (pues quería unir el evangelismo franciscano y el humanismo, en una nueva y moderna filosofía), el hebreo y el árabe.
A pesar de que en ese tiempo no se hablaba francés en todo el territorio que hoy conocemos como Francia, él logra que Gargantúa y Pantagruel sea entendida por todos. Transmite a través de sus personajes, sus ideas políticas y religiosas. Aunque por su lenguaje parece literatura folletinesca dirigida al pueblo, su verdadero objetivo eran los letrados, que hacían una lectura mucho más profunda pero no menos divertida.



Sus ideas pedagógicas
Rabelais propuso un sistema de educación novedoso. Su sueño de lograr un conocimiento universal y total, lo lleva a encontrar la forma de lograr una sabiduría enciclopédica a través de la variedad. Dice que es ésta precisamente la que estimula el apetito intelectual. Para Rabelais la educación no sólo debe formar el cuerpo sino el espíritu, por lo que incorpora a su programa pedagógico una serie de ejercicios físicos, además de hacer a un lado la enseñanza teórica y dejar gran parte del aprendizaje a la práctica y la experimentación. Sus métodos están basados en el aprendizaje a través de la diversión. Y dice que los seres humanos no pueden aprender si no se divierten haciéndolo.
Es por eso que su libro está lleno de juegos, de humor, de imaginación y locura, porque a través de este intenta, hacer llegar todas sus ideas humanistas expresadas claramente en el “contenido de la carta Gargantúa a su hijo” que se encuentra en el capítulo VIII: puedes creer que para mí no hay tesoro en el mundo que me atraiga tanto como el verte perfecto en absoluto, tanto en virtud, honestidad y buen nombre, como en saber liberal....



En su época fue el centro de toda polémica, no sólo lingüística, sino política, científica y religiosa. Sus historias de gigantes, hoy por hoy, siguen asombrando a los jóvenes; sus invenciones verbales, su imaginación delirante y sus irreverencias han logrado que incluso los más reacios a la literatura, se rían, comenten y se asombren de la libertad de este clásico.

Mariel Turrent Eggleton

NOTAS
1.- La Rochefoucauld remonta a 1019 descendientes tal vez de un Grande de la Corte de Carlos Magno. Sólo cuatro familias en Francia pueden presumir de tal antigüedad.
2.-Michel Ragon., La Novela de Rabelais, Editorial Albin Michel.
3.-San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús ( Orden de los Jesuitas) y autor de “Ejercicios Espirituales”.
4.-Michel Butor 1926- profesor y escritor francófono de alto nivel, reconocido tanto en Europa, como en los Estados Unidos, Japón, China o Australia.
5.-San Agustín su obra contribuyó a las concepciones modernas de la libertad y del la naturalza humana.

1 comentario:

Vâninha... dijo...

Yo necesito un favor...si podes ayudarme....necesito urgente de la caracterización de los personajes de gargantua ya pantaguel libro 1....te agradezco un montoón si me podes ayudar! besito